Déjame contarte un cuento de ficción con algunos toques de realismo devastador:
Es el año 2050, el año en que una persona que hoy tiene 35 años se estaría retirando a los 65 años de edad. Imagina que este individuo, -al que llamaremos Juan por ponerle un nombre -, nunca creyó llegar a su edad de retiro o no le importó ahorrar.
En ese futuro no tan lejano (estamos hablando de solo 30 años), esta persona vive tronándose los dedos preguntándose qué comerá el día de mañana. Juan no era pobre, pero ahora lo es. Es pobre y es viejo. Le faltan fuerzas y sus memorias se de desvanecen con los años. Les sobran achaques y preocupaciones. Se le han ido acabando los amigos, la familia y las ilusiones.
Juan, como muchos otros, pensó que seguiría trabajando en su vejez como “terapia ocupacional”, pero hoy padece jornadas de 12 horas a cambio de la tercera parte de lo que ganaba antes de jubilarse.
Olvidó (o no sabía) que ya retirado recibiría menos del 30% de su último sueldo.Con ese dinero apenas le alcanza para cubrir gastos básicos. No consideró que a sus 65 años y más, naturalmente, comenzaría a enfermar con mayor frecuencia y que la espera sin fin en el Seguro Social lo dejaría más enfermo y extenuado.
Juan tuvo la oportunidad de guardar unos centavos, pero prefirió confiar en que “Dios proveería”. Pero hasta Dios está en crisis hoy en día.
No guardó ni un peso porque estaba seguro de que sus hijos le “echarían una manita” y tienen al menos 10 años sin saber de ellos. Otros con peor suerte que Juan, siguen manteniendo a sus “muchachitos” que ya rondan los 50 años.
Como muchos otros, Juan no ahorró, no se previno. No le importó o tal vez ni siquiera se enteró. No tuvo suficiente información para decidir mejor y no la buscó. Pensó que el tiempo no lo alcanzaría. Imaginó que se retiraría de 85 años y moriría pocos años después y se tomó, comió y vivió cuanto peso cayó en sus manos. Al fin y al cabo, para eso se partía el alma trabajando.
Hoy Juan ya no puede trabajar, pero lo sigue haciendo porque lo único que le queda es coraje de aferrarse a la vida, por más triste y cansada que a veces le parezca.
No seas como Juan
¿Te parece exagerado el relato que te acabo de contar? ¿Y si te dijera que puede pasarte a ti?
En un par de años veremos a la primera “Generación AFORE”: esas personas a quienes les tocó el cambio de esquema de retiro a Régimen 97 y cuyo panorama es poco alentador.
La mala noticia para quienes nos toca esta ley es que si no aportamos dinero de manera voluntaria y adicional a nuestros sistemas de ahorro, enfrentar los años de retiro será un reto muy ca…nijo.
Ya sea porque la energía nos falte o porque simplemente queremos descansar y dedicarnos a otra cosa, conforme pasen los años será más difícil encontrar un buen ingreso. Por ello debemos prever y recordar que viviremos 20 años más de retirarnos (e incluso, habrá quienes vivan mucho, mucho más).
¿Cómo hacer conciencia cuando nos faltan muchos años para retirarnos? Está complicado imaginar lo que ocurrirá con nosotros. Hay quienes dicen que ni siquiera saben si vivirán tantos años o aseguran que morirán jóvenes así que no les importa prevenir para el futuro. Pero, ¿qué pasaría si por el contrario viven muchos años? ¿Si mueren hasta los 85, 95 o 105 años (que no es tan descabellado)?
La buena noticia es que si ahorramos por nuestra cuenta y lo hacemos con suficiente anticipación, el futuro será más llevadero. Mientras más jóvenes seamos, menor será el monto que debamos ahorrar mensualmente y muchos mayores los rendimientos/ganancia que recibiremos en una de las etapas más importantes de nuestra vida, el retiro.
Si tu sueño es llegar a la tercera edad para viajar por el mundo y vivir todo lo que no pudiste mientras trabajabas doce horas al día, puedes hacerlo, pero considera que necesitarás algunos millones de pesos. Si no logras juntar todo el dinero planeado, al menos tendrás una buena cantidad a tu favor. Es mejor contar con un millón que con 50 mil pesos para enfrentar 20 años de vida.
Tenemos dos lados de la moneda que podemos usar de referencia para tomar acciones hoy para estar tranquilos mañana. Por ejemplo, hay muchos famosos actores y deportistas que después de haber vivido en la opulencia en sus años de gloria hoy no tienen nada y se encuentran en condiciones económicamente adversas. Ellos tuvieron para ahorrar pero prefirieron gastar sin control.Por otro lado, tenemos a aquellos que afortunadamente previeron su futuro y hoy a sus más de 80 años viven tranquilos porque construyeron una base de estabilidad para lo que hoy es el presente.
(Con información de Daniel Urías)